Elige una col fresca y de hojas grandes:

• Facilita el enrollado y asegura que los rollos sean uniformes y fáciles de manejar.

Ablanda bien las hojas:

• Blanquéalas en agua caliente con sal por unos minutos hasta que estén flexibles, pero sin que se rompan.

Corta la vena central gruesa:

• Esto permite que cada hoja se enrolle con mayor facilidad y quede bien cerrada.

No sobrecargues los rollos:

• Usa pequeñas porciones de relleno para evitar que se rompan durante la cocción o que el arroz no se cueza completamente.

Usa arroz de grano corto y crudo:

• Este tipo de arroz absorbe bien los sabores y se cocina junto con los jugos del guiso.

Sazona bien el relleno:

• Añade especias como canela, menta seca, pimienta y sal al gusto, para que el interior tenga carácter propio.

Coloca los rollos firmemente en la olla:

• Deben estar apretados entre sí para que no se deshagan durante la cocción.

Agrega jugo de limón al caldo:

• Aporta frescura y equilibra la grasa de la carne, además de realzar los sabores.

Usa un plato encima de los rollos al cocinarlos:

• Esto evita que se desarmen con el hervor y mantiene su forma.

Cuece a fuego bajo y lentamente:

• Así el arroz se cocina uniformemente y los sabores se integran mejor.

Deja reposar antes de servir:

• Unos minutos de reposo tras la cocción ayudan a que los rollos tomen mejor forma y sabor.