El buffet no es un campo de batalla: es una oportunidad para saborear con inteligencia
Los buffets pueden ser un paraíso gastronómico… o una trampa para los comensales impulsivos. Pero si sabes cómo moverte entre las estaciones, puedes disfrutar al máximo sin renunciar a la elegancia ni a tu bienestar. Aquí te aconsejamos cómo disfrutar un buffet sin perder el estilo, ni arruinar tu digestión (o tu reputación).
1. Observa antes de lanzarte
Antes de llenar tu plato, da una vuelta completa. Revisa todas las opciones disponibles. Esto te ayuda a:
- Elegir con inteligencia lo que realmente quieres.
- Evitar llenar el plato con lo primero que ves.
- Planificar tu comida como si fuera un menú por tiempos.
Tip: Mentaliza el buffet como una secuencia de platos, no como una competencia.
2. Elige un plato a la vez (y pequeño, si es posible)
Usar platos pequeños o medianos te obliga a comer más despacio y a pensar mejor tus decisiones. Esto:
- Controla las porciones.
- Te permite disfrutar más sin empacharte.
- Proyecta un comportamiento más refinado.
Evita: Los platos rebosantes. Son poco prácticos, visualmente agresivos y difíciles de manejar.

3. Come por tiempos: como si estuvieras en un restaurante de lujo
Organiza tu experiencia así:
- Entrada fría: ensaladas, ceviches, carpaccios o sopas.
- Plato fuerte: carnes, pastas, guisos o lo más elaborado.
- Postre: uno o dos bocados bien elegidos.
Esto no solo mejora la digestión, también transmite buen gusto.
4. Evita las mezclas absurdas
Un error clásico es combinar sushi con tacos y lasaña en un solo plato. Aunque esté disponible, no significa que debas hacerlo. Sé selectivo y mantén un hilo conductor:
- ¿Te vas por lo oriental? Quédate en esa línea.
- ¿Prefieres cocina tradicional? Evita fusionarla con sabores exóticos.
Recuerda: El estilo también se muestra en la coherencia de tu elección.

5. Controla las bebidas
Elige agua, vino o una bebida suave que acompañe tu selección. Las bebidas azucaradas o alcohólicas en exceso afectan tu digestión y tu presentación.
Bonus tip: Una copa de vino o espumoso puede elevar tu experiencia sin opacar los sabores.

6. No olvides los modales
Mantén estos detalles:
- No hables con la boca llena.
- Usa las pinzas o utensilios del buffet (nunca tus manos).
- Cede el paso si hay fila.
- Limpia tu área si hubo algún derrame.
La elegancia está en los gestos simples.
7. El postre: menos es más
Elige uno o dos postres que realmente te llamen. No caigas en el impulso de probar todos. Además, los bocados pequeños y bien pensados proyectan sofisticación.

8. No repitas por gula
Repetir una vez está bien. Más de dos veces puede parecer exceso. Si realmente quieres repetir, que sea por placer, no por ansiedad.
9. Al final, agradece
Un “gracias” al personal del buffet marca la diferencia. El estilo no solo está en cómo comes, sino en cómo te comportas.
Saber comer también es saber elegir
Disfrutar un buffet sin perder el estilo no significa comer poco, sino comer con criterio. Elige lo mejor, mastica despacio, mezcla con inteligencia y mantén tu porte. Porque comer con clase no pasa de moda, ni siquiera cuando hay barra libre.